COMO SUPERÉ LA DEPRESIÓN Y AHORA SOY UNA PERSONA NUEVA. Parte 3
JUNIO 2020 empiezan las desescaladas
Llegaba el momento de salir de casa y no se si estaba preparado o no, pero lo necesitaba. Después de meses de sedentarismo, mi cuerpo me pedía deporte, lo necesitaba ya.
Ya en esa época había acabado todo por fin, era un alivio, no tenía nada mas que tiempo libre, y decidí dedicarlo al deporte. Volví al gimnasio al que estaba apuntado y seguí yendo, salía mucho en bici, empezaba a recuperar poco a poco esas cosas que hacía antes y me hacían tanto bien. Quedaba con amigos y salíamos a hacer rutas en bici, era muy divertido. Por fin estaba haciendo algo en mi vida que me hacía bien, después de tantos meses, era la primera victoria, aunque fuera salir en bici y volver con una sonrisa. Seguía sintiendo dolor (por supuesto) pero ya era al menos llevadero, había entendido que hacer deporte me venía muy bien mentalmente ¡y lo estaba haciendo!
¡Comenzó el verano! sentía ese calor veraniego que tanto lo caracteriza, el ir en ropa corta, el sentirte vivo. Fisicamente estaba fatal, tan sólo había que verme, era un poco el reflejo de lo que había dentro. Pero no me importaba en absoluto, me había juzgado tan duro, que nadie lo iba a hacer tanto como lo hice yo.
Parecía que iba a ser un gran verano, se podía salir, conocía a gente y iba todo genial, pero nada más lejos de la realidad. Recuerdo esa época como muy rara, entre el covid, la gente nueva que había conocido, toda la gente que había perdido en esos meses.... Todo eran cambios, absolutamente todo. Recuerdo en esa época como quedaba con chicas (yatusá), no entendía como querían, físicamente estaba en mi peor momento y psicologicamente podría decir que no sabía ni quien era. Estaba contento por ello, pero eso me dejaba cada vez más vacío. No olvidaba a mi ex pareja, y para colmo me sentía vacío por dentro. Cuanto mas luchaba por superar estas dos últimas cosas mas grande se volvían. No sabía que hacer, pasaban los días y semanas y la situación era la misma.
El verano fué raro, (lógicamente) después de todo lo que había pasado durante el año, sumado al covid, era normal que fuera algo atípico.
Yo seguía yendo al gimnasio, por suerte de una manera u otra ahí seguía, eso me mantenía vivo. Seguía haciendo mis rutas en bicis. Conocí a muchísima gente, muchas historias diferentes, pero aún tenía una deuda pendiente con una persona muy especial, tenía que conocerme a mí mismo.
Llegó Julio y decidí ir a jugar un torneo de Ajedrez, por desconectar. Fui con toda la ilusión del mundo, con ganas. Fue, sin lugar a dudas el peor torneo de toda mi historia. No gane ni una partida, NI UNA. Me ganó hasta una niña pequeña de 13 años. Era incapaz de concentrarme, hacia mucha calor, no era capaz de pensar en las partidas más de 1 minuto seguido, era algo lógico, esa situación me volvió a llevar al límite, volví a casa triste, muy triste, era otro fracaso más.
Como cada año llegó Agosto, y como ya se sabía, no hubo feria en mi pueblo. Sería faltar a la verdad, decir que no me afectó. Por suerte y como cada año, me fuí de vacaciones a Castellón. Quise usar esas vacaciones para desconectar, pero nada mas lejos de la realidad.
Esas vacaciones fueron claves en mi vida, por una parte (voy a empezar por lo bueno) bajé a Valencia, ví a dos amigos muy especiales para mí y conocí a un tercero, estas tres personas puedo decir que fueron clave en ese momento del que fué mi cambio ahora. Personas que no me juzgaron, me acogieron como uno más, aunque solo fuera una noche. A día de hoy les sigo teniendo mucho cariño, me han enseñado individualmente muchísimo los tres (espero que estéis leyendo esto y os deis por aludidos). Por otro lado el resto del tiempo, me empeñé en conocer a chicas, estaba obsesionado, vacaciones un sitio donde nadie me conoce, el sitio ideal ¿no? Para nada...
No solo fué un fracaso, sino que cada vez quería más y más. Los tres últimos días fueron un suplicio. Vino un amigo allí y pasamos los dos últimos días. Para colmo discutí mucho con mi amigo, había mucha tensión. Lo típico de que no estais los dos en un buen momento y por la mínima tontería chocas. Todo lo que pasaba entre los dos se multiplicaba por 1.000.
Para colmo a todo esto, la última noche decidí quedar con una chica, había conexión estaba genial la idea, dije TODO o NADA, decidido a ver si salvaba la mala situación y salían las cosas bien. Pero como es de esperar no salieron bien.
Me volví a casa triste, muy triste. Esa noche me pillé tal cabreo que decidí pensar sobre mi comportamiento. No era posible que todo me fuera mal, absolutamente todo. Todo lo que hacía acababa mal. Cualquier decisión que tomaba, era la incorrecta y asi con todo.
En ese tiempo entendí que no podía seguir cometiendo el mismo error de buscar ratitos buenos con otras personas, de seguir teniendo mas experiencias sexuales, no era el momento. Cesé por completo dicha actividad.
El verano llegaba a su fin y comenzaba un nuevo curso escolar, con las dudas del virus, quedaba un mes para ello y aún no se sabía nada. A mí me tocaba tomar una de las decisiones mas difíciles de mi vida. Decido centrarme en el trabajo y paso de los estudios, me dedico a los estudios y dejo el trabajo. ¿QUE HAGO?
Por suerte retomé la relación con mi amigo, lo hablé con él y decidí ser valiente. Visto como estaba psicológicamente no podía ir al trabajo y sacar adelante las dos asignaturas que me quedaban. Decidí decir que NO al trabajo. Me costó mucho, esta decisión me hizo soltar muchas lágrimas. Era un trabajo espectacular, estaba hecho para ello, valía para ello.
Y aquí se acabó el verano, aquí comenzó mi cambio, mi vuelva a la vida real....
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