COMO SUPERÉ LA DEPRESIÓN Y AHORA SOY UNA PERSONA NUEVA. Parte 5
Enero de 2021
Comenzaba año nuevo, de una forma especial, el año pasado lo pasé bastante mal , y este año, aunque fuera sin salir, sabía que iba a ser mejor, y asi fué.
Fueron unas vacaciones un tanto cómodas. Necesitaba ese tiempo para desconectar, para mí, y así fué. Tras varios avisos, cayó la nevada del siglo. Filomena se llamaba, todos la recordamos perfectamente. Fueron días en los que disfruté muchísimo, volví a sacar ese niño interior que nos reclama toda una vida. Sin creerlo hacía pequeñas cosas que me hacían feliz, era feliz a momentos. Quién me conoce ya lo sabe, soy un tio enrollao, gracioso, con una sonrisa en la cara, me río de todo, me río de mi mismo el primero, el humor es un arma grandísima que la uso a mi favor, pero todo eso cambia cuando llego a mi habitación [...]
Tras este mes de vacaciones llegaba el tiempo de afrontar la realidad, llegaba mi cita con la psicóloga. Que nervios. Estaba tan inseguro que tenía mucho miedo a que ella misma pensase que no necesitaba ninguna ayuda. Esas típicas preguntas que te haces cada vez que vas a hacer algo nuevo.
Aún recuerdo perfectamente como fué esa mañana.
Lunes, podría ponerle hasta incluso fecha y hora. Hacía frio, mucho frío, aún sigo notando esa sensación de incomodidad que me recorría el cuerpo. Estaba haciendo algo difícil, me tocaba enfrentarme a mí mismo, pero al menos, ahora, sabía que estaba haciendo lo correcto.
Nada más llegar, me recibe, supongo que ella estaría acostumbrada al momento, pero para mí era todo nuevo, sentía muchos nervios, pero a la vez confiaba mucho en ella sin conocerla. La psicología es una profesión que me apasiona, me encanta, me gusta mucho y admiro mucho a los profesionales de esta gran profesión, y esta vez, no iba a ser menos.
La primera sesión fué dura, y muy difícil. Tocaba aceptar la realidad de todo. La psicóloga me hizo ver que necesitaba deshacerme del pasado que tanto daño me había hecho. "Tenemos tiempo, quedan 2 meses para aprobar o suspender. Necesitamos dejar atrás todo lo que ha ocurrido" en ese momento ella me hizo ver que tenía que perdonarme a mí mismo. Perdonarme a mí mismo es algo que no he hecho nunca, me he hecho muchísimo daño a mí mismo, y mas en esta etapa. Ahora tocaba aceptar todo lo que había ocurrido (prácticamente ya) y tirar hacia delante, no había otra forma.
Tras aceptar todo esto e iniciar un nuevo punto de partida vemos los errores que tengo a la hora de estudiar. No soy capaz de concentrarme, soy incapaz de estar haciendo algo productivo mas de 20 segundos (literalmente). Esto es algo que agobia muchísimo, es un círculo vicioso en el que llevo ya bastante tiempo y no se salir (le digo a ella).
En mi voz se nota el sufrimiento, soy esclavo de mí mismo. Tras explicarle todo, ella me dice que vamos a hacer una sesión de meditación (esto no me lo dijo, con el tiempo comprendí lo que era, pero en ese momento no, no lo había hecho en mi vida). Me pidió cerrar los ojos, mientras me hablaba. El objetivo era, concentrarme en mi respiración, mientras mantenía los ojos cerrados. Que simple ¿no?. Pues era incapaz. Me costó muchísimo, no podía tener los ojos cerrados mucho tiempo, era angustioso. Al acabar le dije mis sensaciones, eran muy malas.
Para acabar la sesión, me hizo una especie de resumen de todo y me dió consejos. Entre ambos acordamos unas pautas a seguir para mejorar con el estudio, poco a poco me dijo. Y me fuí para casa.
De esta primera sesión, si tuviera que destacar algo fué mi frialdad. A pesar de contar cosas que me hacían muchísimo daño, que estaba agobiado, y que no podía más, no solté ni una lágrima. No tenía ninguna gana de llorar, lo conté todo muy frío, mi corazón era un pedazo de hielo.
En esta época decidí aislarme un poco socialmente, necesitaba tiempo para mí. Ahora necesitaba trabajar en mí muy duro. Me fuí a casa con ganar, reforzado.
En estos tiempos seguía yendo al gimnasio, y mi aspecto físico había mejorado bastante, y a mejor. La gente cuando me veía me decía que estaba mas guapo, se me había notado el cambio y estaba más delgado. Yo era incapaz de verlo, si es cierto que estaba mas delgado, pero sin más. Para mí, el físico y la personalidad van ligadas, por lo tanto era incapaz de ver mucho cambio en mí. Al menos ahora me miraba al espejo y veía algo que mejorar, cosas que cambiar.
Tras una semana muy difícil, en la que puse en práctica todo lo que me había dicho la psicóloga, me doy cuenta de que queda mucho trabajo en mí, muchísimo.
Tras pasar la semana llega el Lunes, y vuelvo a ir a la psicóloga. Vuelvo a sentir esos nervios, pero ya la cosa es distinta.
Nada mas llegar (y como en todas las citas) nos sentamos y ella me pregunta
- ¿Que tal la semana?
- Bueno, regular.....
Respondo yo no con mucho ánimo. Había sido una semana difícil.
Esta sesión fué bastante dura. La psicóloga, tras conocerme en la primera cita ya tenía nuevas herramientas para mí. Me felicitó por los logros que había conseguido en esa semana y me hizo ver, que eso mismo tenía que hacer conmigo mismo. "Cada vez que hagas un logro felicítate" me dijo ella.
Como cada sesión meditamos, esta vez fué un poco mejor, menos mal.
Tras esa sesión, salí muy contento y reforzado. Tenía el primer examen de recuperación ya, quedaba poco tiempo y tenía que prepararlo. Lo hice y muy bien por cierto.
En esta época tenía bastante tiempo libre, iba a clase 3 días a la semana, y permanecía allí dos horas. El resto, era tiempo libre.
Tras pensarlo durante varios días, decidí invertir ese tiempo libre, en cosas que me hicieran sentir bien y fueran productivas, es decir que en futuro pudiera aprovecharlas.
Durante ese tiempo me decidí a leer, ver vídeos, aprender, culturizarme, me hacía mucha falta. Aprendí muchísimo de nutrición, de entrenamiento de fuerza, y además, recuerdo, aprender sobre física cuántica. Me hacía sentir bien.
Cuanto mas leía, y veía vídeos, mas me interesaba, de cualquier tema que fuese. Estaba invirtiendo ese tiempo en mí, eso me hacía sentirme vive.
A parte, de por supuesto, seguir en la etapa de definición (en mi caso, pérdida de grasa) seguía yendo al gimnasio de lunes a viernes (incluso a veces hasta algún sábado), la cosa estaba seria y me estaba esforzando. Esto me daba vida. Por fin estaba dedicándome tiempo a mí mismo, y estaba haciendo cosas que me gustaban y me llenaban, sin depender de nadie!
Tras pasar unos días, planificando el estudio y estudiando llegaba el día. EL EXAMEN.
Recuerdo ir a ese examen sin miedo, la cosa no podía ir a peor ya. Si suspendía estaba ya acostumbrado, era otro más y si aprobaba era la hostia. Por suerte el examen se me dió muy bien.
Pasaba otra semana y tenía que volver a ver a la psicóloga. Cada vez tenía mas ganas de ir, estaba trabajando en mí muy duro, me lo estaba currando.
Tras preguntarme por mi examen, le digo que está aprobado, estoy seguro de ello. Me felicita y me recuerda que yo debería hacer lo mismo. Se me había olvidado, por una parte era normal, no lo había hecho nunca.
Ahora quedan 3 exámenes, 3 finales, a vida o muerte.
Avanza esa semana y llega Febrero, con nervios e ilusión, ambas mezcladas. Me dan la nota del examen y tengo un 5,5. Al ver la nota pienso, menos mal que iba sobrado. Para mí ese 5,5 sabía mejor que un 10. Era mi primer examen aprobado ese año, las cosas por fin habían salido bien.
Salgo ese día de clase muy ilusionado, ahí empecé a ver que podía hacerlo, y esto fué la clave de todo.
El siguiente examen lo tengo ya muy pronto, queda poco tiempo! El siguiente examen era de la asignatura de primero (que aún estaba cursando). Era el primero. Tras hacer el examen salgo con una sensación rara. "No me voy a rayar, si ya está hecho" repito en mi cabeza.
Tras un par de días la profesora nos da la nota, un 3,75. Dios, no me lo creía. Le explico a la profesora que estoy sorprendido, no se que ha podido pasar. Tras ver los ejercicios me doy cuenta de que hay un error que llevo arrastrando varios ejercicios y que me penaliza bastante. Es un error, que podía haber preguntado en el examen, y no lo hubiera cometido, pero por miedo no lo hice. Ese error me quitó exactamente un punto, que dolor. La profesora me explica el error, y lo comprendo, es un error tonto, pero que lo había pagado bien caro. Me voy del examen contento a pesar de la nota. "He entendido el error, y si tuviera que repetir ese examen lo iba a aprobar por mis cojones" me repetía en mi cabeza. Sensaciones positivas.
Los días avanzan, y yo noto que voy avanzando con ellos. Toca enfrentarse al segundo examen de la asignatura de segundo. Si apruebo este examen, ya me había quitado esta asignatura, para mí, la asignatura mas difícil de todo el módulo. Este examen es de programación (la odio). Este examen no lo preparo muy bien, la verdad, pero al menos entiendo los ejercicios y lo que estoy haciendo. Tengo sensaciones muy positivas.
En este examen saco un 3,5. He suspendido, tengo que ir a la recuperación. No me importó mucho, he entendido lo que tenía que hacer y sabía hacerlo, pero no sabía de que manera, quedaba mucho trabajo, pero al menos ya sabía de que forma tenía que hacerlo. Ahí aprendí que mas vale planificarte bien y saber sobre que tienes que estudiar, que, estudiar a lo tonto sin ir bien enfocado.
Tras el paso del tiempo y varias sesiones mas con la psicóloga, me vuelvo a enfrentar al segundo examen de la asignatura de primero. La psicóloga me da consejos muy buenos y me ayuda muy bien, noto mucha mejoría en mí, sobre todo en la confianza. Ahora confío un poquito mas en mí, y se nota.
Este examen lo preparo a muerte, es un examen fácil la verdad, pero nunca lo había aprobado. Me estaba enfrentando a mí mismo. Necesito sacar un 7 para aprobar la asignatura, la cosa no es fácil, no he aprobado nunca y encima tengo que sacar un 7.
Tras ir al examen salgo con muy buenas sensaciones. "Joder tio, me han faltado un par de detalles, si los llego a saber saco un 10, madre mía soy una máquina" me repito en mi cabeza. Increíble.
Este examen lo hacemos a ordenador, es decir, lo tengo en mi ordenador, puedo calcular la nota. Tras calcular la nota, me salía un 7 (echando a la baja) asi que estaba muy muy contento.
Estaba muy cerca del objetivo prácticamente, me quedaba un examen. INCREÍBLE.
Nunca me imaginaba ni si quiera, llegar hasta ahí, a estar a un sólo examen. Estaba cerca.
Tras un par de sesiones con la psicóloga salgo muy reforzado, confío en mí. Es increíble como un par de sesiones con una psicóloga pueden cambiarte tu forma de pensar sobre tí mismo. Como con el tiempo, cambia la percepción de nosotros mismos.
Preparo este último examen a muerte. Tengo una mezcla de sentimientos raros, por un lado tristeza, quizás me quede a las puertas y no lo consiga, por otros de alegría, era mi momento, tenía que demostarme tanto a mí mismo...
Voy y hago el examen, salgo con sensaciones raras. No se si he aprobado o no, estoy justo, muy justo. Por un lado es impotencia, el examen no lo he hecho tranquilo, no he podido dar el 100% de mi mismo, y eso jode. "Ya he terminado, que le den, he dado todo de mí, el resultado no es exigible, me he esforzado" me decía a mi mismo al salir.
La profesora tardó una semana entera en corregir ambos exámenes que me quedaban por saber. Es normal, exámenes finales, imagínate el caos.
Tras ir a la cita con la psicóloga le cuento todo el proceso, como me siento y hago un poco balance de todo lo ocurrido. Es increíble todo el camino que he recorrido. ES MARAVILLOSO.
Este tiempo lo seguía dedicando, (ya sin agobios) a seguir culturizándome, a seguir aprendiendo de cualquier curiosidad de la vida. Principalmente, me enfocaba, en saber sobre entrenamientos de fuerza, física cuántica y nutrición. Me apasionaba la nutrición, me encantaba.
Tras unos días me toca ir a clase, nervioso, muy nervioso por ir a clase.
Tras llegar a clase le digo a la profesora si tiene las notas y me dice que sí. Se acerca la profesora a hablar conmigo. La sensación era igual que en un entierro, cuando ves a alguien llegar a lo lejos, ves como se va acercando para darte el pésame, pues igual. Se acerca y me pregunta
- ¿Tienes pensado algún sitio para hacer las prácticas?
Mi cara es de ¿Que coño dice?
+No, aún no.
Respondo yo, de forma contundente, como si me la sudara. Me había dicho indirectamente que había aprobado, pero no me estaba enterando, mi cabeza explotó. Le pido ver los exámenes.
Veo el primer examen y que alegría, había sacado un 7,5, me daba la nota para aprobar.
El segundo examen era otra historia, la nota media me daba un 4 con algo, (4,6 sería o algo así) y había decidido aprobarme. Menos mal.
Mi cabeza en ese momento explota, hago como que miro los exámenes para ver los errores, pero no lo hago. Mi cabeza está asimilando todo lo ocurrido. Después de casi 3, meses de sufrimientos, superación y esfuerzo, todo se resumía en ese minuto. Imagínate todo eso en un minuto.
El corazón me iba a mil, le doy las gracias a la profesora, y se acabó
¡¡¡SE ACABÓ!!!
Había aprobado, era increíble, joder, que felicidad. Que difícil ha sido esta guerra. Esta guerra tan sólo la sabíamos yo y mi psicóloga, nadie más.
Este día estaba en una nube, necesitaba asimilar todo muy bien, no me lo creía. Aún recuerdo venir, desde mi sitio donde estudiaba hasta mi casa, en el coche, echándome un freestyle. Estaba tan feliz que logré estar 15 minutos seguidos echándome un freestyle, me encantaba esa sesanción.
Ahora de repente, todo salía bien, TODO. Quizás era el premio a tanto esfuerzo y sacrificio. Se había acabado la losa que me estaba aplastando.
Esta etapa la recuerdo como un nuevo renacer, por fin podía ser yo. Me había quitado un peso grandísimo de encima, me estaba asfixiando. Lo había logrado. SE ACABÓ!!!!!!
Tras esta etapa seguía yendo al gym, y mi conocimientos sobre nutrición habían avanzado notablemente. El tiempo invertido en todo ello daba sus frutos y de qué manera. Físicamente había mejorado muchísimo. La gente me lo decía, "vaya cambio". Era increíble, porque yo también me lo veía, empezaba a sentirme guapo.
Había ganado una guerra tan fuerte, que llevaba por bandera la mejor de las sonrisas. Y no os engañéis, no estaba guapo por haber adelgazado, ni por la ropa, era porque estaba feliz. En serio, esa felicidad que se transmite cuando eres feliz.
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