COMO SUPERÉ LA DEPRESIÓN Y AHORA SOY UNA PERSONA NUEVA. Parte 2
Marzo 2020, el coronavirus llega a España. ACOJONANTE.
En ese momento mi vida había cambiado tanto, había tanto dentro de mí que no entendía que del exterior no me sorprendía ya nada. Todo estaba muy en el aire, el virus había llegado ya al país. Yo en lo personal estaba fatal, pero al menos ya había aceptado parte del dolor y estaba inmenso en un duelo. Esa semana estaba siendo muy complicada para mí, hasta que llegó el día, el maldito día. Un jueves, como otro cualquiera (aunque este fué diferente) se oye y se confirma que ya no va a haber colegio a partir de ese día y esa misma tarde o noche declaran el estado de alarma, no se puede salir de casa. No me esforcé en absoluto en pensarlo, ya llevaba un tiempo encerrado en mí mismo sin poder salir, esto solo era un paso más.
El comienzo del estado de alarma fué un poco caótico para mí, mi situación en casa era complicada, nadie me entendía ni me comprendía, todo lo que me decían o hacían lo tomaba como un ataque, es complicado ayudar a alguien que no quiere ser ayudado. Para colmo mis relaciones sociales no estaban en su mejor momento (lógicamente) de hecho diría que estaban en su peor momento, tuve muchas pérdidas. Todo esto sumado a no poder salir de casa era una mezcla nada buena para mi salud mental y por supuesto física.
Tras aceptar (un poco) todo lo ocurrido, y especialmente que me tocaba estar en casa, decidí ir al supermercado y comprarme muchas chucherias y coca-colas. Aún recuerdo decir con una sonrisa, voy a disfrutar de la comida no sea que el virus me mate, al menos si muero que sea comiendo. Y así fué.
Eran momentos duros, y sólo era el comienzo. Comenzaba una época de sedentarismo, y de no hacer nada, literalmente. En Enero me apunté al gimnasio, y iba regularmente, (lo único bueno de esa época) pero ahora solo en casa era incapaz de hacer nada de deporte. Lo único bueno que recuerdo de esa época fué jugar al ajedrez. Recuperar la ilusión por el ajedrez, las tardes con viejos amigos jugando y echándonos unas risas.
Tras unas semanas un poco diferentes, desconcertantes, (que por cierto me vinieron muy bien para desconectar un poco) la profesora se puso en contacto con nosotros para explicarnos como podíamos recuperar las asignaturas suspensas. Estaba a dos asignaturas de aprobar, lo tenía más cerca que nunca. La forma de recuperarlo era sencilla, había que entregar una práctica (distinta) cada semana. Estaba ilusionado, lo tenía más cerca que nunca, ahora estando 24 horas en casa y sin tener que hacer nada más que ello era el momento. Nada más lejos de la realidad.
Tras ya unas semanas en casa, de sedentarismo, y horario basura (dormir a las 7 de la mañana y levantarte a las 3 de la tarde) mi aspecto físico era malo, muy malo. Tan sólo era el reflejo de lo que había por dentro. Estaba muy descuidado. Seguía sintiendo dolor, mucho dolor. Estaba viviendo un duelo sin saber lo que era, ni como afrontarlo. Nadie me había explicado nada, no sabía nada. Mi cabeza no paraba de pensar lo mismo una y otra vez ¿por que así? Hay formas y formas de acabar las cosas, pero yo diría que esta fué una de las mas duras.
El tiempo seguía avanzando (exteriormente) pero en mí no avanzaba, pasaban los días, las semanas, algún mes y yo seguía igual. Seguía con mi dolor, pensando cada vez más y más, y gracias a eso se hacía cada vez más fuerte. Estaba obsesionado, no veía más allá. Estaba pagando muy caro mi forma de vivir esos últimos años, el no quererme, el no valorarme, el vivir por y para otra persona. ¿Y ahora qué?
Decidí centrarme en los estudios, sacar esas dos asignaturas, hacer las prácticas bien, pero era imposible. No era capaz de estar centrado frente al ordenador haciendo algo productivo mas de 10 segundos. En mi caso me tocaba hacer prácticas de programación, (programación básica) quién alguna vez ha hecho algo de esto ya sabe como es, rayarte y darle mil vueltas hasta que sale. Yo era incapaz, cuando surgía el primer problema, o algo no salía bien, me entraba una ansiedad acojonante, tenía que alejarme, no podía seguir. Esto me dejaba sin dormir, no podía hacerlo pero tampoco podía dejar de pensar en ello. Me sentía la persona mas inútil del mundo, me decía literalmente: "Eres gilipollas, tienes muy fácil aprobar y no lo vas a hacer, vas a ser un fracasado toda tu vida". Imagínate tener que convivir en esa cabeza, en casa, sólo, 24 horas al día. Esas situaciones me dejaron muy tocado.
Mi dia a dia se basaban en ver vídeos, jugar al ajedrez, instagram, e intentar hacer las prácticas, que no salían. Estaba en un bucle del que no sabía salir, los problemas cada vez se hacían mas grandes. De esta época algo bueno que saqué, fué que conocí a muchas personas, me ofrecieron distintos puntos de vista y diferentes formas de ver la vida.
Esta época la recuerdo perfectamente, no quería salir de la cama. Me costaba horrores levantarme, me esperaba una mierda de día, al igual que había sido toda la semana. No quería vivir, mi vida era una mierda, no sabía quien era ni que hacía en este mundo. Estos días escuchaba mucho una canción "Arrebatao de amor de Juanlu Montoya" creo que cada vez que escuche esta canción sea la época que sea de mi vida, voy a soltar una lágrima. Si alguien me quiere ver llorar....
Tras varios meses encerrados en casa, llega Junio, la fase final de mis estudios. Lógicamente suspendo, había entregado todo, pero no había sido capaz de aprobarlo, era incapaz. Si fuera poco esto, no había solucionado ninguno de los problemas anteriormente nombrados. La vida avanzaba pero yo no, yo llevaba atascado muchos meses ya, diría que años, pero no me había dado cuenta. Ahora se había juntado todo y había explotado todo, estaba pagando los errores que había cometido durante años. En esa época recuerdo juzgarme a mí mismo de manera muy dura, y sin ningún tipo de miramiento, pensé que era lo que necesitaba, nada más lejos de la realidad. El tiempo pasaba, y necesitaba soluciones que no llegaban, ni sabía como hacerlo, empezaba a ver cuales eran los problemas reales de todo ello, las secuelas que tenía haber vivido tanto tiempo de esa manera...
Nadie me entendía, yo mismo no era capaz de entenderme. Aún recuerdo como me miraba al espejo durante segundos y no saber qué reflejaba, no saber quien era ese tio de en frente. Esta es de las sensaciones mas duras que he experimentado, no saber quien eres...
Comentarios
Publicar un comentario